jueves, 21 de enero de 2021
Estos últimos días casi todos que vivimos en la península ibérica hemos experimentado de una u otra manera las consecuencias de la borrasca Filomena. Hemos visto vídeos de vecinos de Madrid que se han hecho viral, en las que se ve el desprendimiento de nieve de tejados. Aún hoy, una semana más tarde, hay muchas cubiertas con nieve acumulada, un peso enorme que tiene que soportar la estructura y el peligro de avalancha cuando empieza a deshelar.
Es un hecho que el cambio climático provoca cada vez más fenómenos extremos como la nieve, heladas, fuertes lluvias o vientos, inundaciones etc. El reto que tiene CUFA como empresa especializada, es modificar algunos aspectos de la arquitectura y responder a este desarrollo. Como técnicos hacemos incapié en la construcción nueva, donde tendremos la oportunidad de crear edificios que no dañen al medio ambiente y sean eficientes. Claramente es un reto, porque significa reformarnos y, no repetir los mismos automatismos a la hora de realizar un presupuesto. Tenemos que darle una oportunidad a la innovación y a materiales sostenibles.
Mirando en detalle los fenómenos atmosféricos inviernales, como son la acumulación de nieve y/o hielo en la cubierta y después a la hora de deshielo, agua y el riesgo de inundación. Lo que hacemos, es aprender de la arquitectura y construcción en zonas de climas extremos. Esto no significa que haya que construir viviendas que puedan aguantar el clima antártico, que es de los más severos del planeta, simplemente se pueden imitar algunos trucos de casas en zonas de clima bajo cero y con altas precipitaciones en forma de nieve.
El diseño de la cubierta y su grado de inclinación (pendiente)
El diseño de la cubierta es uno de los puntos claves para evitar daños estructurales. De importancia decisiva es la inclinación de la cubierta que favorece la correcta evacuación de nieve y agua en especial en fuerte temporales y el deshielo. Para aumentar la durabilidad y la impermeabilidad, una cubierta con más pendiente es siempre conveniente. Queremos evitar que grandes masas de nieve puedan acumularse en la cubierta y causar avalanchas o desprendimientos. Para evitar riesgos, de manera adicional al aumento de la pendiente, se pueden instalar pequeños elementos que ayudan sujetar y romper grandes bloques como pueden ser los cortanieves.
Hay varios tipos de elementos preventivos que se dejan instalar fácilmente en la rehabilitación o construcción de la cubierta.
Elementos para cubiertas en zonas de nieve
Los cortanieves son instalaciones permanentes de acero lacado. Su función principal es impedir que la nieve se desplace por la cubierta y rompa canalones u otros elementos. Además, este elemento de acero corta grandes bloques facilitando la evacuación de la nieve en pequeñas cantidades.
Los cortanieves se suelen colocar en una fila a un metro del alero y otra fila a los dos metros más menos más arriba. Se pueden instalar por todo el faldón, normalmente el arquitecto indica la cantidad y separación según factores técnicos y climáticos.
Los ganchos de retención de nieve son elementos pequeños, pesan mucho menos que cortanieves, y su función es la de retener la nieve en el tejado. Son económicos y se pueden colocar en filas de tres no consecutivos por todo el faldón. Evitan la formación de grandes placas de hielo y protegen el canalón fomentando el derretimiento gradual. Así ayudan a proteger los canalones y sistemas de evacuación de agua que no están pensados para aguantar el peso de los bloques de hielo.
Ganchos de acero inoxidable para troncos son otros elementos con un aspecto más rústico para retener la nieve en la cubierta. Los troncos no tienen la función de partir bloques de nieve sino crear una barrera horizontal que mantiene la nieve en el faldón. Detrás de la barrera se puede derretir poco a poco sin cargar peso a los canalones.
La pizarra como material
La pizarra presenta unas condiciones físicas que la hacen un material idóneo para zonas con nieve y heladas. Es impermeable al agua, no porosa y tiene una heladicidad muy baja. Al no ser un material poroso no permite la entrada de agua en su interior que lo pueda fragmentar al solidificar dicha agua con la bajada de temperaturas. La durabilidad de la pizarra al no descomponerse ni pudrirse es enorme. De tal forma, que puede soportar nieve encima durante mucho tiempo sin que haya filtraciones.
El clima de una zona es un condicionante fundamental de la arquitectura y de la construcción. Para enfrentar el cambio climático con sus fenómenos meteorológicos más extremos, y para mantener durabilidad y seguridad del edificio, se debe repensar la respuesta arquitectónica. Adaptamos algunos aspectos a las condiciones actuales: las cubiertas tienen su pendiente en función a la cantidad de lluvia y nieve que reciben. La orientación de una vivienda depende de la dirección de los vientos dominantes, de modo que seguirán la dirección de estos para evitar que levanten los materiales de cubrición. Elementos adicionales como los sistemas de retención de nieve, solucionan problemas concretos en caso de la aparición de temporales. La integración de cubiertas verdes en la arquitectura urbana facilita la evacuación gradual de agua y por consiguiente previene inundaciones.
Las características naturales que posee la pizarra la convierten en un material óptimo para la construcción en cualquier zona de Galicia, que es la zona de España donde más pizarra se encuentra en las cubiertas. Sin embargo, es interesante saber que la pizarra presenta un bajo coeficiente de transmisión del calor. Este factor es importantísimo para los climas más cálidos donde todavía no está muy extendido su uso.
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Espero haberte quitado algunas dudas o preocupaciones, y que ahora tengas una idea más clara sobre los costes y algunos aspectos para ahorrar dinero en tu reforma.
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Redactado por: CUFA
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