Las canteras de pizarra gallegas y de Castilla y León exportaron 414.291 toneladas, facturando 221.574.524 euros en los 10 primeros meses de 2017, según los últimos datos que manejan los empresarios. El volumen de roca, si bien supone un ligero aumento del 0,8 % respecto al del mismo periodo de 2016, no invita en exceso al optimismo. "El año cerrará sin incremento. La primera parte del año fue mejor", comentaron fuentes de los pizarristas. Explicaron que, con toda probabilidad, en los últimos dos meses del año, cuando la meteorología frena la colocación de pizarra, desaparecerá el parco crecimiento que en octubre registraba el acumulado de las exportaciones.
A mediados de 2017, en junio, las canteras habían exportado un 5 % más que en los seis primeros meses del ejercicio anterior. A partir de esa fecha, las cifras comenzaron a caer, sin que los empresarios alcancen a ver la causa del descenso.
No es el caso del Reino Unido, el segundo comprador de la roca valdeorresa, donde sí se vislumbran los factores que influyen en su retroceso. Inglaterra había alcanzado cifras récord de exportación en 2016, aumentando un 5 % respecto a 2015. El retorno a los números habituales y también el "Brexit" consiguieron rebajar el volumen de roca vendida en un 6 % entre enero y octubre de este año. A su vez, las importaciones alemanas, el tercer cliente de las pizarreras, tampoco acaban de coger fuerza, descendiendo un 3 % en los diez primeros meses.
Francia es, con mucha diferencia, el mejor cliente. Hasta octubre importó 173.490 toneladas, lo que supone un volumen superior en un 4 % al del año anterior. Las perspectivas para 2018 son buenas en este mercado, aunque hasta cierto punto. "Permisos de obra hay", afirmaron fuentes de los pizarristas.
No obstante, habrá que esperar a ver en qué se traducen esas licencias solicitadas por los constructores, pues va a depender mucho de la zona. El uso de uno u otro producto está en función de la región, variando mucho desde la utilización casi exclusiva de pizarra que existe en la Bretaña francesa hasta la apuesta por la teja de los constructores de Marsella.
Expectativas de seguir la recuperación
"Esperábamos más alegría en las exportaciones, pues el año empezó muy bien", comentaron fuentes de los pizarristas. La posible repetición de las cifras de ventas de 2016 no supone que el sector haya tocado techo y no continúe la recuperación del terreno perdido durante la crisis económica y de la construcción que comenzó en 2007, coincidiendo con unas cifras espectaculares para las canteras: 666.364 toneladas exportadas. Basta recordar que el año pasado, el total exportado se situó en 475.752 toneladas. "Se puede recuperar más. La macroeconomía va bien, pero no llega a la calle. No hay consumo y no se compran pisos", explicaron las mismas fuentes empresariales. Dos factores muy importantes a la hora de adquirir una vivienda son el salario y el empleo. Este último también depende en las canteras de la evolución de las exportaciones, siendo el total de las plantillas de 2.500 personas.